¡Por fin tenemos nueva receta Myhealthybites! Llevaba días con ganas de compartir alguna receta en el blog pero el tiempo se me ha echado encima y hasta hoy no he podido. La buena notícia es que tengo más recetas pendientes de compartir así que ¡espero muy pronto volver a subir alguna más!.
Ya sabéis que me gusta compartir recetas con alimentos de temporada y que mejor que el calçot en este mes de febrero.
El calçot es un tipo de cebolla tierna, alargada y de sabor relativamente dulce. A nivel nutricional es una hortaliza muy rica en agua y fibra y contiene minerales como el potasio y el fósforo, vitaminas del grupo B y antioxidantes. Además, también es contiene compuestos azufrados, los cuales le otorgan propiedades beneficiosas antibacterianas, circulatorias y hepáticas, entre otras.
Cuando pensáis en calçots seguro que lo primero que os viene a la mente es una calçotada, donde estos suelen prepararse a la brasa y mojarse en salsa romesco. Esta es la manera más tradicional de comerlos pero ¡no la única! De hecho, es un ingrediente que podemos usar igual que una cebolla o un puerro.
Un día una amiga y compañera de profesión, Lluca Rullan, me dijo que tenía que probar la tortilla de calçots porque estaba riquísima. Así que la hice y la verdad es que sí… ¡de muerte! Entonces es cuando pensé ¿y una quiche de calçots que tal quedaría? y decidí probarla.
Obviamente me encantó y por eso quiero compartirla en el blog.
Para la masa de la quiche, esta vez no he utilizado solamente almendras como hice en mi anterior receta, sino que la he mezclado con harina de trigo sarraceno. Otra opción que también queda muy rica.
«The fears you don’t face become your limits.»
Ingredientes
Para la base:
150 g de harina de almendras
160 g de harina de trigo sarraceno
1 huevo
30 ml de agua mineral
2 c.s de aceite de oliva virgen
1 c.p de sal marina
Para el relleno:
1 cebolla
4-5 calçots
4 huevos
1-2 c.s. de levadura nutricional
aceite de oliva virgen extra
sal marina
pimienta negra
Elaboración
- Precalentar el horno a 180ºC.
- Triturar todos los ingredientes de la base y verter la masa en un bol. Amasar bien con las manos hasta formar una masa compacta y moldeable. Si queda demasiado pegajosa, añade un poquito más de harina de almendras o de trigo sarraceno.
- Untar un molde redondo o de quiche, que sea desmontable, con aceite de oliva virgen extra e ir colocando la masa para formar la base. Debe cubrir el fondo y parte de las paredes.
- Con un tenedor, hacer varias marcas en la base para que así se cocine mejor y hornear unos 20 minutos (es posible que se hinche un poco con el calor del horno, pero ¡no os preocupéis! es normal).
- Mientras tanto, limpiar bien los calçots y cortarlos a rodajas finitas. Además de la parte blanca, también podéis usar parte de las hojas verdes, ya que la parte inicial suele ser bastante tierna. Cuando los tengáis bien cortados a rodajas reservar los calçots en un bol.
- Pelar y cortar la cebolla a medias lunas.
- Calentar una sartén grande con aceite de oliva virgen extra y saltear la cebolla durante 5-7 minutos con media cucharadita de sal.
- Agregar los calçots y saltear 15 minutos más, hasta que las verduras queden bien tiernas.
- En un bol, batir los huevos con media cucharadita de sal, la levadura nutricional y una pizca de pimienta negra. Agregar las verduras cocidas y mezclarlo bien.
- Verter el relleno por encima de la base y volver a hornear unos 30 minutos.
- Dejar enfriar un poco antes de servir.
¡Espero que os guste!
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