Los bizcochos, sobaos, magdalenas… son productos muy poco saludables a los que mucha gente está habituada a desayunar y les encanta porqué son esponjosos, blanditos y dulces, demasiado dulces.
Pero este tipo de productos hace que empecemos el día con una dosis de azúcar demasiado alta que nos irá dando altos y bajos de energía a lo largo de la mañana. Recordar que la OMS recomienda que no se superen los 25g de azúcar añadidos a lo largo del día en un adulto (menos para los niños) y un sólo paquete de bizcochos envasado del supermercado ya puede contener estos 25g e incluso más por 100 gramos. Vamos, que con sólo eso ya hemos llenado el cupo del máximo que marcan las recomendaciones oficiales. El mínimo es, obviamente, cero, y esto a lo que deberíamos aspirar.
Además no dejan de ser procesados que, a parte del azúcar, contienen harinas refinadas, grasas de mala calidad y aditivos varios.
Lo ideal es buscar alternativas de desayuno que nos nutran y nos sacien. En este caso, si lo que nos gusta es algo tierno y dulce que nos pueda servir también para untar aguacate, compota de manzana, un paté de frutos secos o, incluso, una crema de cacao saludable, podemos recorrer a recetas como la que os presento hoy: un marmolado preparado con calabacín, harina de almendra, huevo, plátano como endulzante natural y ¡poco más!
Fácil, saciante y nutritivo.
«Find the sweetness in your heart. Then you may find the sweetness in every heart»
Ingredientes
1 calabacín (300g)
250g de harina de almendra
3 huevos
3 plátanos maduros
1 c.p. de vainilla en polvo
50 ml de bebida vegetal de almendras sin azúcares añadidos
3 c.s de cacao crudo en polvo
Elaboración
Precalentar el horno a 180ºC.
Lavar el calabacín y triturarlo hasta quedar reducido a pedacitos pequeños (si este no es ecológico mejor quitarle la piel). Colocar en un bol y mezclar con la harina de almendras.
Triturar los plátanos con las yemas de los huevos, la bebida vegetal y la vainilla. Añadir al bol.
Montar las claras a punto de nieve y añadir a la masa, poco a poco y realizando movimientos envolventes.
Engrasar un molde rectangular con un poco de aceite de coco y verter la mitad de la masa.
A la mitad restante, agregar el cacao crudo en polvo y añadir al molde.
Con una espátula o cuchara, mezclar la parte de arriba y la parte de abajo por diferentes puntos del bizcocho para que los colores queden intercalados.
Hornear durante 45-50 minutos (comprobar con un pincho que por dentro esté hecho). Dejar enfriar completamente antes de desmoldar.
Servir con higos frescos machacados, compota de manzana, crema de avellanas y cacao o mermelada casera.
¡Espero que os guste!
Para untar con aguacate, si señor! Una verdadera delícia! Lo de la indústria del azúcar es una pasada, cada vez apuesto más por hacer mis dulces y postres en casa porque al final uno ya no sabe lo que come de lo que está comprando.
Muy buena pinta:)
Muchas gracias Mireia :)!!