El hummus es un puré de garbanzos muy típico de la zona que va desde Grecia hasta Arabia, aunque ahora su popularidad se ha extendido por todo el mundo.
La receta clásica está elaborada con garbanzos cocidos, tahin (pasta de sésamo), aceite de oliva, ajo y zumo de limón, y suele ir decorada con pimentón.
Aún así, podemos encontrar muchas variedades y mezclas elaboradas con otras legumbres como las lentejas o las azukis, o con verduras como la chirivía o la calabaza.
Hoy quería compartir una receta que me gusta mucho ya que combina los ingredientes del hummus tradicional con tomates secos, comino y cayena. ¡Una mezcla deliciosa!.
Los garbanzos son una legumbre muy nutritiva. Son ricos en proteína, de hecho, contienen todos los aminoácidos esenciales y por eso son una gran opción en dietas vegetarianas. Además, también contienen hidratos de carbono y grasas insaturadas, y son ricos en vitaminas del grupo B y en minerales como el hierro, calcio, potasio y zinc.
De hecho, un plato de garbanzos contiene la misma cantidad de calcio que un vaso de leche, por lo que es una buena alternativa a incluir en nuestra dieta en caso de no consumir lácteos.
Como todas las legumbres, los garbanzos son ricos en fibra soluble que nos ayudan a mejorar el transito intestinal. El único inconveniente es que pueden dar gases e hinchazón debido a unos oligosacáridos que no podemos digerir, pero ¡hay soluciones! Para evitar que esto suceda podemos combinar las legumbres con especies carminativas como el comino, el hinojo o el anís, o también podemos usar alimentos que ayudan a su digestión como el vinagre, el umeboshi, el miso o el chucrut.
También es una buena idea cocinar las legumbres con un trozo de alga Kombu para ablandar la fibra y reducir la formación de gases.
La pasta de umeboshi es un puré de una variedad de ciruelas (en realidad, albaricoques) típicas de Oriente, muy usadas por sus grandes propiedades terapéuticas.
Su sabor es muy particular, proporcionando una mezcla de sabor entre ácido y amargo, por lo que no recomiendo que la toméis sola (o si, si sois valientes!). Pero la buena noticia es que mezclada con otros ingredientes no se nota, y nos aporta muchos beneficios.
A nivel digestivo, cuando la añadimos a preparaciones como el hummus nos ayuda a disminuir la formación de gases y esto nos favorece la digestión. Además, es un gran regulador del ácido estomacal y tomado en pequeñas cantidades nos ayuda a mantener el medio ácido necesario en la mucosa intestinal. Esto se debe a su alto contenido en ácido cítrico, gracias al cual es tan alcalina.
La ciruela umeboshi también contiene minerales como el calcio, magnesio, potasio, fósforo y hierro.
Los garbanzos, como todas las legumbres, contienen antinutrientes. Unas sustancias que que nos impiden absorber todas las proteínas, minerales y vitaminas que contienen estos alimentos. En las legumbres, los antinutrientes que podemos encontrar son inhibidores de proteasas, lectinas y ácido fítico.
Los inhibidores de proteasas, como bien dice el nombre, son aquellas sustancias que impiden que nuestras enzimas (proteasas) puedan digerir las proteínas y, por tanto, nos dificultan su absorción.
Las lectinas son proteínas presentes en distintas plantas que sirven como mecanismo de defensa contra otras plantas y hongos. Estas, si se ingieren en elevadas concentraciones, pueden resultar tóxicas debido a su capacidad de unirse a estructuras celulares.
El ácido fítico es una sustancia que puede unirse a minerales dificultando que nuestro cuerpo pueda absorberlos.
Para poder eliminar parte de estas sustancias podemos recurrir a técnicas como el remojo, la cocción, la fermentación y la germinación.
Cuando preparamos garbanzos, por tanto, lo ideal es que los dejemos en remojo toda la noche y luego los cocinemos.
«Freedom is a state of mind»
Ingredientes
2 tazas de garbanzos cocidos
60g de tomates secos
1 c.s de tahin
4-5 c.s de aceite de oliva virgen
zumo de 1 limón
1 c.p de pasta de umeboshi
1 c.p de comino en polvo
1 c.p de orégano
una pizca de cayena
Elaboración
Colocar los tomates secos en un bol con agua caliente durante 30 minutos para que se ablanden. Pasado este tiempo, triturar todos los ingredientes.
Servir con un poco de aceite de oliva virgen y pimentón.
¡Espero que os guste!
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